Arkio (también conocido como Arkio el Bendito y el Ángel
Renacido) fue un Marine Espacial veterano de los Ángeles
Sangrientos. Era hijo de Axan y hermano menor de Rafen, nacido en Baal Secundus como parte del Clan de la Meseta
Rota. Arkio fue reclutado junto con su hermano Rafen, para convertirse en un Marine
Espacial por el Hermano Sargento Koris.
Debido a rivalidades fraternales entre Rafen y él, Arkio comenzó a operar en
solitario en busca de su propio destino, siendo asignado a la Expedición Bellus, una misión a cargo del Inquisidor Ramius Stele para recuperar la perdida Lanza de Telesto, que
una vez perteneció a Sanguinius,
de manos de un señor de la guerra orko. Durante la misión, fue ascendido al
cargo de guardia de honor por parte del Sacerdote Sanguinario Sachiel. Consiguieron recuperar la Lanza y
devolverla al Capítulo. Sin embargo, Arkio no estaba al tanto de que había sido
elegido por el Inquisidor Stele para ser manipulado e implicado en un plan que
en última instancia precipitaría a los Ángeles Sangrientos a una guerra civil
que casi destruyó al Capítulo por entero. Stele consiguió de algún modo plantar
un "huevo" (creado por el Señor del
Cambio Malfallax a partir de
sí mismo) entre los huesos de su columna vertebral, que poco a poco le fue
cambiando y mutando hasta darle el aspecto de Sanguinius.
La Expedición Bellus y Arkio (aún sin haber sufrido ningún cambio) viajaron
hasta el Mundo Cementerio de Cybele, el cual se encontraba bajo ataque
por parte de una fuerza de Marines Espaciales del Caos de los
Portadores de la Palabra dirigidos por
el Apóstol Oscuro
Iskavan el Odiado, en ayuda de las fuerzas
de los Ángeles Sangrientos que protegían el mundo. Arkio comandó una misión de
infiltración al espaciopuerto controlado por el enemigo, dirigiendo sus misiles
contra el "Ogro", un Crucero Acorazado del Caos situado en órbita, cuya destrucción hizo
retroceder a las fuerzas del Caos. Posteriormente salvó en solitario a Sachiel
de un demonio, reunió a sus hombres y se convirtió en el estandarte que hizo
cambiar el rumbo de la batalla en contra de los Portadores de la
palabra.
Persiguieron a los aparentemente derrotados Portadores de la Palabra hasta su base
en Shenglong, contraviniendo las órdenes del Señor del
Capítulo Dante de
permanecer en Cybelle. Yendo en ruta a bordo de la nave de
guerra "Bellus", a Arkio le fue presentada, como recompensa por su
valentía, la Lanza de Telesto. La Lanza no reaccionó ante la semilla demoníaca
plantada en Arkio (debido a que Stele la había adormecido estabilizando de
antemano la mutación), con lo que tan sólo resplandeció con una luz argéntea que
envolvió a Arkio, mostrando a todo el mundo su semejanza con Sanguinius durante
un segundo, tras lo que la visión se disipó.
Durante la lucha en la fortaleza Ikari en Shenglong, Arkio y siete guardias
de honor, junto con Stele, se teleportaron en medio de las formaciones de los
Portadores de la Palabra. La Lanza de Telesto desencadenó, bajo control de
Arkio, una ráfaga de energía que acabó con todos ellos, dejando indemnes a los
Ángeles Sangrientos. Todos los presentes (excepto su hermano Rafen, y Stele)
comenzaron a creer que Arkio era Sanguinius renacido. El relato de las hazañas
de Arkio se extendió como la pólvora entre las gentes de Shenglong, que pronto
comenzó a peregrinar para poder verlo. Arkio presentó una petición para poder
vestir una armadura dorada similar a la de Lord Dante, creyendo que había evolucionado hasta merecer
algo más que la escarlata armadura de servidumbre. La petición fue aceptada.
Después pidió a los peregrinos reunidos que le dijeran donde se habían escondido
los Portadores de la Palabra, advirtiéndoles de las medidas que tomaría si no le
contestaban. Para horror de su hermano Rafen, la multitud se abalanzó contra la
ráfaga de fuego de bólter disparada por los Ángeles Sangrientos, ansiosos de ser
castigados y de recibir el "don de la muerte". Arkio se enfrentó posteriormente
a Iskavan y lo mató, rescatando a Rafen con ello. Durante la batalla la placa
posterior de Arkio quedó destruida y unas blancas alas angélicas surgieron de su
espalda.
Creyéndose ahora ser Sanguinius renacido, Arkio tomó el control del gobierno
de Shenglong, y comenzó a crear un ejército de mil hombres (llamado los
"Guerreros del renacido"), a partir de la población del planeta, para iniciar su
Cruzada Sangrienta, que uniría a todos los Ángeles Sangrientos bajo su
estandarte y le permitiría obtener el mando del Capítulo. Entretanto Dante, habiendo recibido
una transmisión secreta hecho por Rafen empleando los códigos de vox del
fallecido Sargento Koris, solicitó al Jefe Bibliotecario Mephiston que enviara al Epistolario Vode y al Capitán Gallio para juzgar a Arkio. Tras reunirse
con Arkio, Vode percibió al mal en su interior, y se enfureció aún más cuando le
oyó usurpar el nombre de Sanguinius, por lo que le atacó usando su Hacha de Fuerza. Vode y Gallio murieron, y
Arkio ordenó a la "Bellus" que abriera fuego contra el Crucero de Asalto
"Amareo" de Gallio, destruyéndolo.
Sachiel envió tras ello un mensaje a Dante, solicitando su asistencia en persona
al Mundo Santuario de Sabien en nueve días solares a petición de
Arkio. Esta vez, Mephiston decidió ir en persona, junto con su guardia de honor,
a bordo de la Barcaza de Batalla "Europae".
La corrupción de Arkio casi se reveló al completo debido al excesivo tiempo
que pasaba en la capilla en presencia de la Lanza de Telesto, la cual
desencadenó de alguna forma una mutación acelerada y sin control por todo su
cuerpo, haciendo que la Lanza lo rechazara. Durante dicho acontecimiento, Arkio
tuvo una visión profética de su hermano clavándole la Lanza en el corazón. Las
mutaciones apenas pudieron ser frenadas por los poderes psíquicos de Stele,
quien consiguió convencer a Arkio de que la visión provenía de Sanguinius y que
representaba lo que ocurriría si fallaba.
Mephiston llegó pronto para juzgar a Arkio, usando su visión bruja sobre él.
Pudo ver la semilla del Caos que tan cuidadosamente había plantado y escondido
Stele en el interior de Arkio, y quedó sorprendido al ver a Arkio empuñando la
Lanza de Telesto; aún así siguió sin estar convencido y proclamó que Arkio era
falso elegido y que Stele era un hereje. Mephiston desafió a Arkio a un duelo,
ya que estaba escrito en el Libro de los Señores de Baal que el Puro
podría derrotar a todo aquel guerrero que se enfrentara a él. El duelo estaba a
punto de iniciarse cuando Rafen, que había sobrevivido a los intentos de
asesinarle por parte de los Guerreros del Renacido, apareció, y Mephiston estuvo
de acuerdo en cederle su puesto en el duelo. Aunque Arkio tenía la inhumana
fuerza que le habían concedido sus mutaciones, Rafen tenía mucha más
experiencia. Durante la pelea Arkio intentó usar el poder de la Lanza contra
Rafenm del mismo modo en que lo había empleado contra los Portadores de la Palabra, pero el arma
no podía dañar a alguien que portara el código genético de Sanguinius en sus
venas, lo que permitió a Rafen el provocar una seria herida en una de la salas
de Arkio. Anonadado, Arkio huyó mientras que sus guerreros y los de Mephiston se
lanzaban los unos sobre los otros en combate (algo que Stele exacerbó al matar
psíquicamente a Sachiel, culpando a Mephiston del hecho).
Cuando los Portadores de la Palabra aparecieron
de repente en el campo de batalla, Mephiston reveló que había ordenado al
"Europae" que destruyera Sabien con torpedos
ciclónicos si fracasaban en detener a los seguidores de Arkio; Rafen
insistió en que podía y debía detener a su hermano, por lo que ordenó que le
dieran una mochila de salto para que pudieran combatir en igualdad de
condiciones.
Rafen alcanzó a Arkio sobre las torres de una catedral en ruinas, y ambos se
aprestaron a combatir. Durante la lucha, las mutaciones de Arkio, exacerbadas
por su odio hacia Rafen, volvieron a resurgir, por lo que la Lanza de Telesto
volvió a rechazarle, ardiendo al fuego blanco hasta que los guanteletes se
fundieron sobre las manos de Arkio, quien se vio forzado a soltarla. Enfurecido,
el rostro de Arkio tomó el aspecto del de un vampiro, tras lo que intentó acabar
con su hermano usando sólo sus garras y colmillos, pero Rafen consiguió
apartarlo usando su cuchillo de combate. Mientras Arkio caía, la lanza de
Telesto sintió su cercanía y se movió para clavársele profundamente, empalándolo
con su filo en forma de lágrima. Arkio murió suplicando el perdón de su hermano.
Sus restos fueron quemados en una pira por respeto.
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