domingo, 2 de septiembre de 2012

Ahzek Ahriman

Ahzek Ahriman es un Marine Espacial del Caos y el Hechicero más poderoso de la Legión Traidora de los Mil Hijos despues del mismísimo Primarca Demonio Magnus el Rojo. Ahriman busca el acceso a la Biblioteca Negra para poder comprender mejor la naturaleza de su patrón el Dios del Caos Tzeentch y de la misma fuerza del Caos y ganar el inmenso poder que este conocimiento le traerá. Su acción al crear la Rúbrica de Ahriman, quizás uno de los trabajos de hechicería más grandes de la historia, acabaría por provocar su expulsión de la Legión que intentaba proteger. Él sigue siendo un vagabundo por la Galaxia, por siempre buscando cualquier conocimiento que le permita por fin obtener la respuesta al más grande de los enigmas de la Galaxia: la verdadera naturaleza del Caos.
Ahzek Ahriman nació en Terra en el 30º Milenio, entre las adineradas tribus tecnobárbaras del Imperio Aqueménida, cuyos reyes se habían aliado con el Emperador de la Humanidad durante las Guerras de Unificación que reunificaron a la Tierra bajo el gobierno del Imperio de la Humanidad. Gracias a esta temprana alianza política, las tribus de Ahriman estuvieron resguardadas de los horrores de las guerras atómicas y las invasiones de proto-Astartes durante el período de las Guerras de Unificación.
Después de la victoria del Emperador y de la alianza de Terra con el Mechanicum de Marte para forjar el Imperio, Ahriman y su hermano gemelo Ohrmuzd fueron elegidos para ser introducidos en las filas de las Legiones Astartes. Ahriman luchó junto al Emperador y las otras Legiones de Marines Espaciales al inicio de la Gran Cruzada, pero tras cinco años de expedición, los Astartes de la Legión de los Mil Hijos empezaron a manifestar habilidades psíquicas, y con estas manifestaciones empezaron los Cambios de Carne. Terribles mutaciones atraparon a la Legión, al sucumbir incontables guerreros a la metamorfosis, convirtiéndose muchos de ellos en odiosos mutantes que sufrieron la eutanasia por sus compañeros. Con el tiempo, el problema mutacional de la Legión se volvió tan grave que muchas voces en el Imperio sugirieron que los Mil Hijos fuesen disueltos ya que se habían vuelto genéticamente impuros. Incluso Ahriman perdió a su propio hermano gemelo Ohrmuzd por los efectos de la mutación, lo que provocó en la mente del joven Astartes un terrible miedo a la mutación y una voluntad de hacer lo que fuese necesario para detener esta aflicción en el resto de sus Hermanos de Batalla. En tributo a su querido hermano, Ahriman hizo que el colgante de su hermano, un guardapelo regalo de su madre justo como el que el tenía, fuese incorporado en la hombrera de su servoarmadura.
Finalmente la Gran Cruzada llegó al mundo de Prospero y el descubrimiento de Magnus el Rojo, el progenitor genético de los Mil Hijos, no podría haber llegado más a tiempo. El descubrimiento de su padre dio un vuelco a la fortuna de la Legión de los Mil Hijos, ya que Magnus fue capaz, aparentemente, de curar los efectos mutacionales de su material genético y la devastación que habían provocado en la Legión. Sin embargo, Magnus sacrificó mucho para lograr esta victoria, incluyendo la pérdida de un ojo en el esfuerzo, y negociaciones con los Poderes Ruinosos de la Disformidad para adquirir el conocimiento necesario para detener las mutaciones.
Poco se sabe de las hazañas de Ahriman durante la Gran Cruzada. Además, Ahriman fue enviado por los Mil Hijos durante cinco años terranos a la Legión de los Portadores de la Palabra, lo que sintió como una experiencia incómoda por la insistencia de los Portadores en adorar al Emperador como un ser divino, en oposición a la Verdad Imperial. A pesar de esto, Ahriman logró hacerse amigo del Primer Capellán de los Portadores de la Palabra, Erebus. Ahriman también es uno de los pocos Astartes de este periodo que apoyaba públicamente la iniciativa del Emperador de usar Rememoradores civiles para registrar los logros de las Legiones Astartes y de otras fuerzas imperiales durante la Gran Cruzada, y él esperaba que un registro objetivo de los logros de los Mil Hijos enseñaría al Imperio a no temer ni prejuiciar a los psíquicos o al uso de poderes psíquicos.
La mención más antigua que nos ha llegado de un Ahzek Ahriman al servicio del Imperio data de la Campaña de Aghrou, en los últimos años del segundo siglo de la Gran Cruzada, una acción estándar de la época en la que un mundo humano preindustrial era sometido a la Obediencia Imperial, llevada a cabo por la 28ª Flota Expedicionaria y un destacamento de la Legión de los Lobos Espaciales. Ahriman tentó a la ira de su Primarca al dirigir un equipo en busca de este, que se había ausentado de su Legión, a pesar de que había insistido en que no debía ser molestado bajo ningún concepto. Este incidente fue la primera ocasión conocida en que Ahriman desconfió del juicio de su Primarca y actuó en contra de sus deseos. No sería la última. Hacia el final de la Campaña de Aghrou, cuando un contingente de Lobos Espaciales llegó para entregar a Magnus un mensaje de su propio Primarca Leman Russ, Ahriman entabló conversación con el Sacerdote Rúnico Othere Wyrdmake, compartiendo con él información sobre las disciplinas psíquicas de los Mil Hijos en lo que él creyó que era un encuentro entre hermanos Astartes, pero que luego se demostró traicionero cuando los Lobos emplearon esta conversación en su contra durante el Concilio de Nikaea. La relación de Ahriman con el Sacerdote Rúnico resultó especialmente útil cuando tanto los Lobos Espaciales como los Mil Hijos se vieron obligados a entrar en combate con alienígenas con forma de armas parecidas a los Titanes Imperiales y con Demonios de la Disformidad antes de abandonar Aghrou. Esta era la primera vez que estas dos Legiones entraban en contacto con las entidades del Caos.
Fue también en esta época cuando Ahriman recibió la encomienda por parte de su Primarca de introducir al Rememorador Lemuel Gaumon en la cultura y costumbres de los Mil Hijos. El objetivo de esto era desarrollar los poderes psíquicos del propio Gaumon y así extender a través de él las creencias pro-psíquicos de Magnus por todo el Imperio. Ahriman tomó a Gaumon como su Probationer, y dedicó una parte significativa de su tiempo a entrenar al Rememorador y a enseñarle el conocimiento místico de los Mil Hijos hasta la Caída de Prospero. Este entrenamiento incluía permitir a Gaumon acompañar a los Mil Hijos en misiones de combate durante la pacificación del mundo de Heliosa, donde Ahriman estuvo presente en el repentino resurgir del Cambio de Carne dentro de la Legión y en la concesión de la Paz del Emperador a los Mil Hijos mutados por el Primarca de los Lobos Espaciales, Leman Russ. El regreso de la galopante epidemia de mutaciones después de que Magnus hubiese prometido que había eliminado el peligro para siempre dolió profundamente a Ahriman, hasta el punto de que sus sentimientos de traición fueron perceptibles hasta para un mortal como Gaumon.
Ahzek Ahriman estuvo presente en la gran revista de las fuerzas armadas del Imperio en el planeta Ullanor al final de la Campaña de Ullanor, donde el Emperador nombró a Horus Señor de la Guerra de la Gran Cruzada. Más destacadamente, participó en el gran cónclave imperial conocido como el Concilio de Nikaea, en el que el Emperador prohibió el uso de los poderes psíquicos en las Legiones de Marines Espaciales y el de la hechicería en todo el Imperio. Para Ahriman, el Concilio de Nikaea fue un juicio contra los Mil Hijos. Se sintió traicionado una vez más por la decisión del Emperador. Peor aún era el hecho de que la primera persona en dar un paso al frente y acusar a los Mil Hijos de estar implicados en la maligna y peligrosa práctica de la hechicería hubiese sido el Astartes a quien había tomado por un amigo entre los Lobos Espaciales, el Sacerdote Rúnico Othere Wyrdmake. La traición pareció golpear a Ahriman por todos lados, pues también fue en este momento cuando se enteró por primera vez de que Magnus no sólo había sido consciente de la existencia de los Poderes Ruinosos dentro del Inmaterium, sino que además probablemente había sellado algún tipo de trato maligno con ellos que había supuesto el fin de la epidemia de mutaciones dentro de la XV Legión. Horrorizado por una revelación que daba razón en parte a las acusaciones de los Lobos Espaciales y a los temores del Emperador sobre la práctica de la hechicería, Ahriman vio su confianza en su Primarca aún más maltratada, aunque Magnus utilizó al final sus propias poderosas habilidades psíquicas para borrar los detalles del trato que había hecho con los Dioses Oscuros de la mente de su Bibliotecario Jefe antes de que Ahriman pudiese entender todas sus implicaciones.
Antes de que comenzase la Herejía de Horus, Ahriman había ascendido a los puestos de Bibliotecario Jefe de la Legión de los Mil Hijos, de Capitán de su Primera Compañía y de líder de la Escuadra Sekhmet o Escarabajo Oculto, formada los Veteranos de élite de la Legión equipados con Armadura de Exterminador. Ahriman también dirigía el Culto más importante de la Legión, los Corvidae, expertos en la disciplina psíquica de la precognición. Los miembros de este Culto servían como videntes al resto de la Legión, avisando a sus Hermanos de Batalla de cualquier peligro antes de que este se materializase, y guiándolos por los hilos del Destino en tiempos de conflicto hacia un crecimiento psíquico y material como Legión, así como planificando las estrategias de combate. Ahriman había llegado a compartir la obsesión de su Primarca por la búsqueda y preservación del conocimiento arcano y por desentrañar los misterios de la Disformidad. Hacia el inicio de la Herejía de Horus, Ahriman había llegado a ser el guardián del ahora mítico Libro de Magnus, un tomo de incalculable poder hechicero del que se dice que contiene arcanos secretos de poder e incluso la auténtica naturaleza de la Disformidad, información revelada a Magnus el Rojo por el mismísimo Tzeentch. Puede que fueran conocimientos extraídos de ese mismo tomo los que Ahriman utilizó para conjurar su ahora infame hechizo maestro, la "Rúbrica de Ahriman", que pretendía detener las terribles mutaciones que volvían a afligir a los Mil Hijos después de su huida al Ojo del Terror al final de la Herejía de Horus y de su exposición al constante poder mutador de las energías puras del Caos. El resultado de la llamada Rúbrica de Ahriman, aunque imperfecto, se dice que satisfizo a Ahriman, pues imposibilitó toda futura mutación, aunque a un precio terrible. En esencia, convirtió a todos los guerreros de la Legión sin poderes psíquicos en autómatas sin mente, y amplificó enormemente las habilidades de todos los que tenían algo más que una chispa de fuerza psíquica. Pero el precio de este don fue que las almas de todos los Marines no psíquicos de los Mil Hijos fueron fundidas con su servoarmadura para toda la eternidad, mientras que sus cuerpos eran reducidos a polvo. Debido al rechazo que Ahriman sentía por la corrupción mutadora de su Legión ya antes de la llegada de su Primarca, consideró que el precio pagado por curarla no era demasiado alto. Ahriman intentó llevar a cabo el hechizo él solo, pero al fracasar requirió la asistencia de una gran Cábala de Hechiceros, que sólo acudieron a él cuando Magnus fue elevado a la categoría de Príncipe Demonio por Tzeentch. Los últimos vestigios de humanidad presentes en los Mil Hijos fueron purgados al completarse la Rúbrica, y al final aceptaron ese precio a pagar como la única forma de evitar el destino de mutar hasta convertirse en Engendros del Caos sin mente.
Magnus el Rojo no estuvo de acuerdo, sin embargo. Tan terrible fue su ira cuando se descubrió a la Cábala que había llevado a cabo el hechizo, que amenazó con destruirlos por completo, pero se dice que el propio Tzeentch intervino en el asunto, viendo a los Hechiceros como útiles peones para sus planes. ¿Quién puede decir qué pretendía la más enigmática y caprichosa de las entidades? En cualquier caso, el Primarca Demonio detuvo su mano y en su lugar expulsó a Ahriman del Mundo Demoníaco de los Mil Hijos en el Ojo del Terror, conocido como el Planeta de los Hechiceros, y lo condenó a vagar por toda la Galaxia en una búsqueda sin esperanza para entender la mente del Dios del Caos Tzeentch.
Por su parte, Ahriman se niega a reconocer a Tzeentch o al propio Caos como su amo. A lo largo de los siguientes milenios, se ha convertido en un azote para el Imperio, saqueando antiguos museos, libraria, scholaria y reclusia, lugares de estudio, de religión y de meditación contemplativa. Busca adquirir artefactos, datos o incluso personas que cree que le llevarán a dominar por completo la senda del hechicero. Promueve Cultos del Caos en varias docenas de mundos al mismo tiempo, proporcionando a sus magos terribles poderes místicos hasta que consiguen para él lo que sea que él desee, momento en que desata sobre ellos la ira de su partida de guerra de Mil Hijos. Se rumorea que últimamente ha centrado sus depredaciones en los Eldars, convencido de que el conocimiento perdido que busca sólo puede encontrarse en la más oscura de las salas de ilustración, el vasto repositorio de secretos místicos mencionado en susurros con el nombre de la Biblioteca Negra del Caos.
En su búsqueda de la Biblioteca Negra, se sabe que Ahriman ha forzado dos veces la entrada a la Telaraña Eldar, ambas durante la 13ª Cruzada Negra (999.M41). En la primera, Ahriman logró acceder a la Telaraña gracias a conocimientos extraídos de su prisionero el Inquisidor Czevak. Czevak había sido el único humano de la historia en ser invitado por los Eldar a entrar como "huésped" en el Mundo Astronave oculto que es la Biblioteca Negra, aunque en realidad había sido usado por los Eldar como un cebo para Ahriman. Por consiguiente, Ahriman entró en la Telaraña a través de un portal largo tiempo olvidado, descubierto por sus esbirros en el planeta Etiamnum III, un mundo dejado al cuidado del Imperio por los Eldar del Mundo Astronave Altansar antes de perderse en el Ojo del Terror hacía milenios. Esta intrusión fue considerada un grave contratiempo por los Videntes, que no habían podido preverla, y nada menos que el mismísimo Eldrad Ulthran, el mayor de los Videntes Eldar, tuvo que ser llamado desde Ulthwé para dirigir la defensa Eldar de la brecha. Ahriman fue finalmente expulsado, y la puerta a la Telaraña que había usado fue sellada para toda la eternidad. La hermética Orden Psykana, formada exclusivamente por Bibliotecarios de los Cuervos Sangrientos, también fue convocada para ayudar a derrotar a los Traidores, pero llegó demasiado tarde, y posteriormente se encargó de la protección del Reclusium donde se encontraba el portal. Poco tiempo después, los prodigiosos poderes psíquicos de Ahriman le permitieron prever la aparición de un desgarrón en la Telaraña causado inadvertidamente por el Bibliotecario Rhamah de los Cuervos Sangrientos cerca del planeta Lorn V durante las operaciones del Capítulo en ese Mundo Helado. Acompañado por una partida de Hechiceros Mil Hijos a los que llamaba los Hijos Pródigos, Ahriman se infiltró en el planeta, y utilizó su hechicería, la ayuda de Demonios, y la grieta transdimensional causada por Rhamah para encontrar un portal de la Telaraña que lo llevó hasta Arcadia, el Planeta Eldar de la Ley. Este mundo era territorio exclusivo de los Arlequines, y contenía un asentamiento oculto con absoluta maestría, incluyendo un extenso Librarium, repositorio de historia y tecnología Eldar. Ahriman utilizó un libro que era considerado mítico, El Tomo de Karebennian, que había tomado del Solitario Eldar del mismo nombre, para intentar encontrar uno de los portales arcadianos a la Biblioteca Negra. Además, intentó robar un artefacto conocido como la Espada de Lanthrilaq, una poderosa arma utilizada por los Eldar hacía eones contra los C'Tan, que estaba en posesión del Gran Arlequín de Arcadia. Ahriman y los Hijos Pródigos también habían capturado a la Demonífuga y antigua Hermana de Batalla Ephrael Stern, a quien pretendían utiizar contra sus rivales tras su conquista de la Biblioteca Negra. A pesar de invocar un Leviatán (una gigantesca bestia disforme voladora parecida a una mantarraya) y de infligir horribles bajas en ambos bandos, Ahriman fue expulsado de la Telaraña sin haber cumplido su objetivo.
Tras el fin de la 13ª Cruzada Negra, Ahriman vuelve a ser tenido en estima por el Primarca Demonio de los Mil Hijos, Magnus el Rojo, principalmente debido al gran caos generado por sus batallas contra los Eldar en la Telaraña, por su habilidad para capturar al Inquisidor Czevak, y por el extraordinario conocimiento y habilidades necesarios para acercarse siquiera a la mítica Biblioteca Negra. Se rumorea que si alguna vez Ahriman lograse entrar en la Biblioteca Negra, podría utilizar la información contenida en ella para convertirse en un nuevo y poderoso Dios del Caos en la Disformidad.

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