sábado, 11 de agosto de 2012

Cypher

Cypher, o La Voz del Emperador como lo llamaban durante su ayuda al Imperio durante la 13ª Cruzada Negra, es un enigmático y siniestro personaje. Cypher ha sido perseguido desde el final de la Herejía de Horus por los Ángeles Oscuros durante más de diez mil años estándar. Cypher es una leyenda en casi cualquier mundo del Imperio de la Humanidad.

Antes de la Herejía de Horus

El título de Lord Cypher antes de la Herejía de Horus fue un título de alto renombre en La Orden, la orden de caballeros creados en el Mundo Letal feudal de Caliban para luchar contra las bestias horribles mutadas por el Caos que poblaban el planeta en la miríada de profundos bosques. El portador de este título era el responsable del mantenimiento de las tradiciones, los rituales y las ceremonias de La Orden, y fue un consejero de influencia en el liderazgo de La Orden. Después de obtener el título, el portador renunciaba a su nombre de nacimiento; incluso está prohibido para cualquiera llevar ese nombre o incluso conocerlo.
Aunque no aparece en posteriores registros de los Ángeles Oscuros pasados los hechos de Caliban, parece implícito que el actual fue el último portador del título, y que Cypher no es su nombre de nacimiento. El Maestre Remial y Sar Daviel, dos estimados miembros de La Orden, proclamaron que Cypher fue un miembro rival de la orden de monjes conocidos como los Caballeros de Lupus. Se le permitió unirse a La Orden bajo un nombre ficticio después de que los Caballeros de Lupus fueran derrotados y su orden erradicada por el Primarca Lion El'Jonson.

Tras la Herejía de Horus

Aparece como de la nada, trayendo la muerte y la destrucción consigo, y se desvanece tan súbitamente como aparece. Es raro que sea el propio Cypher quien instigue los actos violentos que invariablemente ocurren cuando él está presente, más bien parece que se comporte como un catalizador que convierte cualquier sentimiento de odio o desconfianza en un rugiente e incontrolable fuego.
Cypher casi nunca habla y nadie sabe cuál es su verdadero nombre. Sin embargo, el color negro de la servoarmadura que lleva bajo la túnica implica, sin lugar a dudas, que estuvo ligado a los Ángeles Oscuros. Algunos no se atreven más que a susurrar que posiblemente sea la única esperanza de redención de los Ángeles Caídos y que sus apariciones, sin aparente sentido ni conexión entre sí, conforman un patrón que antes o después le llevará a Terra, hasta el Emperador. Sea como fuere, una cosa sí que es cierta: cuando permanece un cierto tiempo en el mismo lugar, los Caídos empiezan a llegar, como si se viesen atraídos por su presencia aunque nadie tiene explicación para este fenómeno ni se sabe cómo son capaces de dar con él.
Por todo esto, los miembros del Círculo Interior de los Ángeles Oscuros odian y temen a Cypher más que a cualquier otro de los Ángeles Caídos y llevarían a cabo cualquier acción, por temeraria o deshonrosa que fuera, para capturarlo o matarlo.
Cada Segmentum, de hecho casi cada Sector del Imperio tiene una leyenda sobre Cypher, algunas de las cuales se remontan a hace cientos de años. El conjunto de todas las historias tiene un peso que desafía a la incredulidad y el número de recompensas ofrecidas por su captura a lo largo de los años podría comprar todo un Subsector donde alguien lo capturase. Está claro que la popularidad de las leyendas sobre Cypher está unida a una atracción básica humana hacia el inconformismo. Los autoengañados radicales creen que las instituciones del Imperio intentan deteriorar la individualidad y en una perversa reacción sienten una subconsciente aprobación por el misterioso disidente. La neurosis se forma clásicamente: Cypher va encapuchado, implicando claramente que es un fuera de la ley que desea evitar que le reconozcan; no es necesario decir que este es un punto innecesario porque todos le reconocen claramente. De hecho, el hombre es solo Cypher porque el observador le confiere esa identidad. Sin duda, cualquiera que fomente la rebelión y desafíe a la captura se convierte en Cypher y perpetúa el mito.

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