miércoles, 4 de julio de 2012

Rey Belegar de Karak Ocho Picos

En sus días de mayor esplendor, la ciudad de Karak Ocho Picos era la más importante de los enclaves enanos del Sur. Sus incontables salas y galerías, minas y túneles, capillas y templos, casi rivalizaban con los de Karaz-a-Karak en esplendor. Su nombre enano original era Vala-Azrilungol, que significa 'Reina de las Profundidades de Plata'. La ciudad se construyó en un gran anfiteatro rodeado de ocho elevados picos: Karag-Zilfin, Karag-Yar, Karag-Mhonar, Karagril (también llamado Cuerno de Plata), Karag-Lhune, Karag-Rhyn, Karag-Nar y Kvinn-Wyr (que significa 'la Dama Blanca'). La ciudad no sólo era de difícil aproximación, protegida por sus ocho cumbres montañosas cubiertas de nieves eternas, sino que sus fortificaciones eran formidables. Las murallas cubrían una gran área, pero bajo tierra aún había más que sobre ella: grandes patios y plazas abovedadas, profundas minas y las tumbas de los reyes.

Karak Ocho Picos cayó hace unos tres mil años (en el año 513 antes de Sigmar, según en calendario Imperial), cuando las hordas de Orcos y Goblins atacaron desde la superficie y los Skavens lanzaron su invasión desde los túneles en el subsuelo. La pérdida de este antiguo y poderoso enclave fue un terrible desastre para los Enanos y significó el fin de todas las posesiones del Sur con la excepción de Karak-Azul. Después de sellar las sagradas capillas de sus antepasados y los tesoros que no podían llevarse, los Enanos finalmente abandonaron la ciudad. Las cavernas fueron abandonadas a los horribles seres que se arrastraban y procreaban en las profundidades y las montañas fueron abandonadas a los Goblins. En los siglos que siguieron a la caída de Karak Ocho Picos, los Enanos enviaron muchas expediciones para intentar reconquistar la ciudad. Algunos solo se dedicaron a explorar y recuperar reliquias, pero todos soñaban en regresar un día al hogar de sus antepasados. La fama de Karak Ocho Picos y su tesoro era tal que no todos esos aventureros fueron Enanos. Algunos hombres de los reinos del Oeste vinieron también en busca de fama y fortuna entre las ruinas del imperio enano.

En épocas recientes (año Imperial 2473), un general enano llamado Belegar, un descendiente directo de Lunn, el último rey de Karak Ocho Picos, dirigió una expedición hacia la ciudad que logró un éxito parcial. La ciudadela exterior fue reconquistada y desde entonces se ha fortificado y reforzado sus defensas. Desde esta base los Enanos han descendido hacia algunas de las viejas minas y han recuperado tesoros perdidos en el pasado. Sin embargo, los Enanos controlan solo una pequeña parte de la antaño gran ciudad y se encuentran rodeados por sus enemigos. Los Enanos viven en un estado de asedio permanente y no es seguro que puedan sobrevivir. Quizá un día los Enanos puedan recuperar realmente la antigua ciudad de sus antepasados, pero de momento tienen que conformarse con mantener una frágil cabeza de puente entre las ruinas.

Belegar, que ha sido reconocido como Rey de Karak Ocho picos por el Alto Rey Thorgrim, es legendario por su tozudez, incluso entre el pueblo enano. Recientemente ha recibido la ayuda de un contingente enviado desde el Pico Eterno al mando de Duregar, un pariente de Belegar, que contaba con la presencia del herrero rúnico Hurgar el Negro. Estos consiguieron romper el cerco de los goblins nocturnos y entrar en la fortaleza. Las forjas de Karak Ocho Picos vuelven a echar humo, y Hurgar forja armas para los defensores enanos. Pese al reducido número de enanos, las escaramuzas constantes contra skaven y pieles verdes han hecho de ellos veteranos guerreros.

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